Gossip Girl.

Good morning, Upper East Siders!

 

A pesar de haber visto algunos de los capítulos de la serie hace ya tiempo, cuando mi hermana la seguía, y conocer el gran bombazo final (quién es realmente la Reina Cotilla), decidí volverla a empezar a trocitos para ver cómo lo estructuraban, si se podía distinguir, y, en realidad, porque me encantó la primera vez.

Debo decir que no me ha decepcionado. Voy ya por el final de la temporada 5, y estoy totalmente enganchada. Eso sí, la serie tiene sus pros y sus contras. Hay muchas parejas que no pegan ni con cola, y muchos secretos y excusas que ponen en la trama que no se sujetan por ninguna parte, pero aun así Chuck, Blair, Dan, Nate, Serena y los demás hacen un grupo imposible de no adorar.

He de decir que echo de menos a Janny, que abandonó la serie para centrarse en The Pretty Reckless, ya que la parte de moda que ella traía a la serie me fascinaba. Es uno de mis grandes hobbies.

Para quien no lo sepa, Gossip Girl es la historia de la élite de Manhattan, acosada por una bloguera anónima que se dedica a desvelar los grandes secretos y rumores de todos los estudiantes del instituto Constance y sus familias. Todos quieren saber quién es ella, pero la acción comienza cuando uno de sus muchos informantes en la ciudad envía un mensaje a la página diciendo que Serena Van Der Woodsen, la it girl del momento, ha vuelto de su año en un internado, y vuelve para quedarse.

Blair, su mejor amiga, está enfadada con ella por no contarle por qué se marchó; Chuck y Nate podrían haberse visto envueltos en su partida, y Dan Humphrey pasará de ser un Don Nadie a ser «Lonely Boy», como la Reina Cotilla se dirige a él a lo largo de toda la serie, un personaje tan protagonista como los demás.

Sin duda, una serie a la que engancharse en verano para pasar las horas muertas entre Martinis, vestidos caros y mentiras fabulosas.

Para mí, 3’5/5.